Imborrable los "Buenos Aires"



Siento que dejé un pedazo de mi vida en Argentina…


Extraño recorrer sus largas y angostas calles.


Como al recorrerlas el ruido de los automóviles que transitaban a mi lado aturdían mis sentidos.


Como al caminarla una persona amable me asistía en mi travesía de encontrar un taxi vacío.


Como al descubrirla podía asimilar su historia y cultura como mía.

Como al verla se me llenaban los ojos de alegría y nostalgia, porque uno de mis sueños se estaba cumpliendo, y porque pronto todo acabaría.

Como no hablar de la sonrisa que no podía evitar al oír su acento y sus costumbres.


Como olvidar a los argentinos(as) que con mucho gozo presumían su equipo de fútbol, la belleza de sus semejantes, sus calles y edificios unos de los más lindos en Sudamérica.


Como no envidiar sus perros, ¡Si sus perros!, Unos hermosos, robustos y comportados al pasearse junto a sus amos por las calles de Buenos Aires.

Como no acordarme de las ricas papitas saladas de Gustavo, el delicioso asado y el vino, o tan sólo el jugo de china que nos brindaba el hotel en el desayuno.


Echar de menos los noches Circus, las interesantísimas charlas, la frase célebre de el profe “Hay futuro” o el “churrrrasco” de nuestro compañero Luis.


Que grande eres, ciudad vieja pero de corazón joven.


Te quedaste con los recuerdos más gratos de mi vida.


Doy gracias por haberte conocido, porque gracias a ti crecí intelectualmente y aprendí muchas lecciones que me ayudaran por el resto de mi vida.


Hay Argentina que momentos, mil recuerdos que se quedaron en el Río de la Plata en el instante que decidí partir hacia el Norte, donde me esperaba mi hermosa patria.


Algún día volveré a ese puerto donde todo comenzó, y recogeré los recuerdos olvidados en aquel viaje de verano.

Imágenes de nuestro viaje




Historia de un ombligo confundido.


Los ombligos no viajan, pero si pudieran viajar, ¿cesarían de ser ombligos? Vivimos en una isla en el mismo centro del globo terráqueo. Vivimos en una isla en el mismo centro del Océano Atlántico y sirve de ombligo entre hemisferios. Vivir en un ombligo colonizado es perjudicial para el proceso de auto-conocimiento, auto-estima y sobre todo el establecer una identidad. Vivir en un ombligo caribeño es como ser un adolescente eterno.


Personalmente, siempre he sentido que vivir en Puerto Rico es un foco de crisis existenciales ceveras. Entre el vaivén del status y las olas que nos rodean, es dificil identificarse con algo especifico. Somos colonia, somos isla y somos el mismo centro del mundo que ya no es tan nuevo, pero sigue siendo más nuevo que el viejo mundo.


Nunca me he podido identificar con Estados Unidos, aunque su bandera ondea en cada actividad oficial y mi pasaporte es de allá arriba. Nunca he podido identificarme como latina tampoco. ¿Latina por que? Pues sí, hablo español, bella lengua romance que proviene de la gran roma y de los gladiadores y de los filósofos occidentales. Pero tampoco soy romana.


Al tomar vuelo en ese pájaro metálico que suspendido en el aire por más de 7 horas nos trasladó al otro hemisferio, nunca pensé que por algún momento me enamoraría. Y fue que me enamoré de la idea de que este ombligo isleño, puerta del caribe, es también parte del sur. Hemos caminado la cuerda floja entre dos hemisferios por muchos siglos, entre norte y sur, primer o tercer mundo, somos algo. Ese algo de rara forma lo encontré en Uruguay, lo encontré en Argentina y lo encontré en acentos ajenos al mío pero mucho más cercanos que el anglosajón inglés y en bailes sensuales de piernas entre piernas y en amigos que siempre mantendré, sea en mi mente, colgando de mi cuello, tatuados en mi pie o en alguna red social de esas a las cuales vivimos atados como cordón umbilical.


Siento que la mira siempre ha apuntado al norte, cuando deberíamos de estar apuntando hacia abajo. Allá abajo al otro lado del mundo esta la respuesta. Los logros que estos países han alcanzado, me hacen pensar que Puerto Rico tiene esperanzas, aunque esta esté guardada en una caja repleta de complejos. El complejo a ser sur américa, de ser americanos que no somos del norte. A ser tal vez, una república de esas latinas. De esas repúblicas que salen en las peĺiculas de cine, donde llevan a los heroes fuertes a la guerra. A esas repúblicas de dictaduras, cuando ciegamente en esta isla seguimos considerando que este gobierno actual se le puede llamar democracia. Siento muchas cosas que son dificiles explicar en un solo escrito, muchos sentimientos enredados que todavía proceso al visitar el hemisferio que es al revéz de la metropolis. Pero todo lo que siento, lo siento con el calor más fuerte que he sentido en el pecho y es que tenemos que dejar de mirar hacia arriba, todo el camino nos ha de conducir al sur.


Este ombligo caribeño necesita observarse en un espejo latinoamericano. Necesitamos como pueblo conocer la historia de nuestros compañeros del sur y prohibir que los despilfarros políticos que ocurrieron previamente en estos lugares puedan ocurrir en nuestro hogar. Dice el dicho que nadie escarmienta por cabeza ajena, pero yo visité la ESMA y vi los campos de concentración de las dictaduras de derecha en Argentina y yo visité Montevideo y pude observar como un pueblo oprimido ha podido organizar un gobierno justo y que trabaje para el bien popular. Puerto Rico tiene la oportunidad de aprender de las experiencias previas de nuestros hermanos y cambiar el rumbo por el cual nuestra nación esta siendo dirigida.


El cambio comenzó con la huegla estudiantil. El cambio se dió en mi mente y corazón y sé que en el de todos mis compañeros de viaje. Ahora solo falta que el cambio lo sigamos propagando a todos nuestros conciudadanos. Debemos de aprender y a su vez emular al sur que tanto hemos trabajado por mantener escondido. Ese sur del cual tanto hemos huido... es hora de buscarlo.


El sur fue demasiado para poder procesarlo todo ahora. Para procesar el sur se necesita más tiempo. Pero si se que aprendí algo muy importante. Si algo aprendí de visitar el sur, fue darme cuenta que yo también soy el sur y ser el sur es algo hermoso.

Aquellos Ríos, aquellos Aires: un Sur que se convierte en Norte

Al traspasar las puertas del Aeropuerto Internacional de Carrasco en la ciudad uruguaya Montevideo un gélido pero vibrante soplo nos recordó lo lejos que estábamos del trópico; ya estábamos en el Cono Sur, y eso se sentía. Mientras atravesábamos las calles montevideanas sumergidos en aquel invierno austral fueron varias las semejanzas que encontramos entre esta ciudad y la urbe puertorriqueña; casas, comercios y estructuras citadinas aparecieron ante nosotros como eco del algo conocido. Sin embargo las similitudes no avanzaron más en nuestro recorrer de ese mundo uruguayo.

Desde las estructuras económicas, políticas, sociales hasta las culturales Uruguay se nos mostró como un país de vanguardia que durante los últimos años ha experimentado un crecimiento tal que lo sitúa entre los primeros países de Suramérica. Uruguay es liderado actualmente por un gobierno de izquierda cuya composición es única por demás. El Frente Amplio, tal y como nos lo describiera su director actual el Ingeniero Jorge Brovetto, constituye un fenómeno político innovador y altamente efectivo. Este partido une en conjunto a todos los partidos de corte izquierdista uruguayos donde desde las ideologías comunistas hasta las socialistas, entre muchas otras, convergen y encuentran consenso dentro de esta coalición política sin perder su identidad. El Frente Amplio se convierte en una estrategia política que posibilita el adelanto de las ideas de la izquierda basándose en el poder que les da asumir plataformas como grupo; este conjunto hace acopio de la vieja sabiduría que señala que en la unión está la fuerza. A través del Frente Amplio la izquierda en Uruguay ha sido favorecida para la gran mayoría de los puestos políticos desde su creación hasta el presente. Esta, para nosotros sorprendente, idea política ha posibilitado, desde su nacimiento en 1971, la puesta en marcha de un proyecto nacional que ha situado a Uruguay entre uno de los países de mayor crecimiento económico, social y cultural de toda Suramérica.

Una de las gestiones educativas más exitosas instituidas en Uruguay es el denominado Plan Ceibal basado en la importancia otorgada por ministros gubernamentales a la disminución de la brecha digital en la sociedad y a la importancia de la democratización de la educación. Este admirable proyecto otorgó una computadora portátil a cada niño y maestro uruguayo haciendo posible para ellos la inserción en las sociedades de la información y del conocimiento. Uruguay se sitúa entre los pocos países del mundo en instituir proyectos de esta índole asegurando a través de ellos políticas y gestiones basadas en el trabajo por la equidad social. Bajo el influjo de los versos de Drexler “yo quiero ser navegante por el cielo austral sin salir de mi remanso a la sombra del Ceibal” cada niño, adolescente, educador, padre, madre, sociedad entera, disfruta de las posibilidades infinitas que ofrece la web, de una educación sin límites, de un acceso ilimitado al conocimiento. El Plan Ceibal es una puesta en manos de los chicos y de todas sus familias del infinito global, es un acercamiento, un alcance, una llave a ese universo de nuevas e inacabables posibilidades. Gracias a nuestros anfitriones en el ANEP, Administración Nacional de Educación Pública, entre ellos el Dr. Luis Yarzábal quien figura como director de esta dependencia, nos empapamos del Proyecto Ceibal y del gran impacto que ha tenido en el desarrollo y aprendizaje de los niños y de la sociedad en general así como de otro de sus exitosos proyecto de enseñanza pública llamado Escuelas Agrarias de Alternancia. Estas escuelas se caracterizan por ofrecer, a través de un periodo de internado, educación agrícola a los niños y adolescentes de las provincias del Uruguay, esto como medida de trabajo para el futuro, para el mantenimiento de la fuerza económica del país que se encuentra en la ganadería.

En nuestro recorrer por diversas instituciones de la sociedad uruguaya visitamos la Universidad de la República, UdelaR, centro de enseñanza que ofrece grados de licenciatura y de posgrado de modo gratuito a todo aquel, nacional o extranjero, que cumpla con los requisitos propuestos. La UdelaR es una institución educativa que cuenta con el grado de Licenciatura en Comunicación ofreciendo además de las concentraciones regulares de una facultad de comunicación una especialización en Comunicación Comunitaria siendo esto cónsono con las políticas del gobierno de generar estrategias que favorezcan el desarrollo comunicativo y mediático de la sociedad, de poner al alcance de las comunidades las herramientas y espacios mediáticos para su desarrollo. Gracias a conferencias ofrecidas por docentes y alumnos de esta universidad apreciamos la valiosa gestión de esta academia y los excelentes recursos humanos de enseñanza con los que cuenta. La UDELAR es una universidad que se rige a través del cogobierno entre los estudiantes, los docentes y los egresados, es un cuerpo autónomo que mantiene participación directa en todas las decisiones gubernamentales que le afecten. Esta universidad forma parte de la Administración Nacional de Educación Pública y por tanto es completamente pública y gratuita.

A Uruguay, el país con el nombre de un río, lo apreciamos como un país sencillo, grande en hombres y mujeres dispuestos a trabajar por un mejor país, de mentes brillantes, donde políticos, poetas, escritores y académicos se pueden vestir con una misma piel. Donde la punta de lanza de las propuestas gubernamentales está basada en la apuesta a la educación como motor del desarrollo del país, donde se fomenta y se trabaja por el desarrollo de la agricultura y de la ganadería con miras al presente y también al futuro, donde se legisla para poner al alcance del pueblo y de las comunidades los espacios mediáticos. Donde brilla un capital social presto a la labor, donde se pone en evidente manifiesto que la fortaleza y más grande recurso de un país es su gente. Ese fue el Uruguay que conocimos donde la utopía de la que habla uno de los más grandes suyos, Galeano, se mantiene como él dijese: lo que no se alcanza pero por se tiene como norte por lo cual siempre se camina hacia ella.

Ya en nuestro último día en la utopía uruguaya nos encaminamos hacia la hermosa provincia Colonia cuya fisionomía atrapa hasta hoy la esencia de los tiempos junto a la madre patria. Y así atravesando la ribera undosa del Uruguay nos acercamos a la gran metrópoli de los Buenos Aires.

Buenos Aires se desveló para nosotros como una ciudad por la que corren ríos de vida, una ciudad que vibra y que baila tango con pasión, pero que aún llora por aquellos que perdió. En ese primer encuentro con una de las víctimas de la dictadura en el Instituto Espacio para la Memoria nos encontramos con la garra fría de la dictadura argentina. Enlazamos con su dolor al escuchar algunos de los relatos que hoy aparecen tan vívidos como hace treinta años. Con las vivencias en este instituto así como en el centro de tortura ESMA, Escuela Mecánica de la Armada, y en el recorrido por la Plaza de Mayo aquel jueves junto a las ya Abuelas, conocimos el lado del sufrimiento que sigue tan presente en Buenos Aires y pudimos apreciar cuán vivo está el recuerdo de ese episodio de su historia que nunca debe ni será olvidado. Junto a madres, abuelas y familiares de los desaparecidos fuimos testigos de un movimiento que clama sin cansancio, aún luego de treinta años, por explicaciones sobre el destino de sus seres amados. Aprendimos que la dictadura vivida en Argentina y el consecuente gobierno de Carlos Menem, quien desatara las prácticas neoliberales con todo su furor en todo el país, son pedazos fundamentales de la historia argentina y causantes de la personalidad que exhibe esta sociedad hoy día. Los gobiernos que en la última década han regido la Argentina y sus prácticas y ejecutorias son muestra clara del tipo de gobierno que este país desea y signo además del estado de la mentalidad social.

La Argentina, al igual que Uruguay, se encuentra en medio de un fuerte debate alrededor de la creación de una Nueva Ley de Medios impulsada por el gobierno de Cristina Fernández bajo la cual se destinaría un porciento del espectro mediático para los medios no comerciales tradicionales y/o comunitarios. Esta nueva ley propone como ilegal el sostenimiento de monopolios u oligopolios mediáticos como el ostenta el Grupo Clarín en la Argentina. Esta Nueva Ley, que conocimos a través de las palabras de los expertos en medios argentinos del diario Página 12, Canal Encuentro, Canal 7, así como el Dr. Martín Becerra de la Universidad Nacional de Quilmes, entre otros, se basa en la recuperación de la importancia social de la comunicación, del enorme interés social que esta actividad encierra para el desarrollo de un pueblo; es la realización máxima de la defensa de la libertad de expresión que se rescata por medio del acercamiento a la población de espacios mediáticos para su uso.

En la Argentina se defiende férreamente la producción nacional es por esto que su presencia en los nuevos canales y/o radios gestados gracias a la Nueva Ley bajo las posibilidades de la señal digital será obligatoria. La programación nacional argentina se caracteriza por ser de una excelente calidad y nosotros pudimos ser testigos de ello gracias a nuestras visita a los canales públicos Encuentro y 7. El primero de ellos es el canal del Ministerio de Educación Argentina y su oferta televisiva está orientada hacia la educación. El canal Encuentro produce, en unión a universidades nacionales y escuelas, variedad de programación de la más alta calidad que va dirigida tanto a estudiantes de todas las edades así como a infantes y adultos. Ajeno a la publicidad ofrece cantidad de programación variada de toda la Argentina así como de diversas universidades de toda la América Latina. Su norte está fundado, según palabras de una de sus colaboradoras Jésica Tritten, en la contribución para la construcción de un país más justo y más ilustrado. El Canal 7 se caracteriza por ser un medio de difusión público pero desvinculado del gobierno, realidad que a nosotros nos cuesta asimilar. Este canal ofrece programación de todos los contenidos, desde noticiosos hasta de entretenimiento siendo uno de los medios de mayor excelencia en la Argentina.

En nuestro cruce por estas vanguardistas ciudades suramericanas fueron muchas las experiencias de aprendizaje y asombro que tuvimos. Ambas ciudades nos ofrecieron experiencias tan diversas y enriquecedoras que sería injusta una comparación entre ellas. Baste decir que la riqueza de las experiencias vividas se encuentra en su variedad. Cada uno de estos espacios urbanos es único e invita a aquel que lo recorre a desear disfrutarlo por más tiempo. La acogedora y tradicional liberal Montevideo, aunque suene contradictorio, es una ciudad que provoca deseos de vivirla; la vibrante y nostálgica excitante Buenos Aires llama a recorrerla, a deleitarse con su tango, a hacerla el destino frecuente para momentos intensos. Uruguay y Argentina, Montevideo y Buenos Aires ambas exploradas por corazones hambrientos, ambas seductoras, muy diferentes, ambas atiborradas de aquello que tomamos a manos llenas. Lo que cada una de estas ciudades nos ofreció lo amarramos a nuestros discos duros, a nuestros corazones, a ambas las sentimos y palpamos, a ambas las amamos, y a las dos volveremos algún día en busca de la parte nuestra que ahora allí reside.

Al llegar al lugar, identificado como La ESMA, la curiosidad y el nerviosismo dominaron mi estado de ánimo. Ese lugar, como sabemos, funcionó como centro de tortura durante la última dictadura de Argentina.
La estructura de las instalaciones de ese centro se mantiene físicamente en su forma original y sirve, actualmente, como Espacio para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.
Antes de recorrer los espacios del terror, la guía Marina Dutroc, basándose en los testimonios de los sobrevivientes, hizo una breve introducción indicando detalles relevantes. A su vez, nos mostró un mapa en el que señalaba los lugares del centro que eran destinados a funciones específicas. Allí los represores cometían sus atrocidades.
El Pabellón Central fue el primer lugar que presencié. En tal edificio se encontraban las aulas de instrucción técnica de los suboficiales y varias oficinas. Al mismo tiempo que iba de un lugar a otro, mi mirada recorría cada rincón e inevitablemente recreaba imágenes y escenas mentales de cuán cruento y espantoso fue aquel momento de la historia.
Visité otra dependencia conocida como el Casino de los Oficiales, cuyas paredes en su interior estaban un tanto deterioradas, el sótano tenía medidas desproporcionadas en el techo y unas áreas se sentían mucho más frías que otras.
En un sector del edificio se encontraba Capucha y Capuchita donde, según la guía, permanecían los detenidos con una especie de capucha en su cabeza que tapaba la visibilidad. De ahí el origen de los nombres.
Recorrí escaleras en las que los detenidos bajaban y subían antes de ser ejecutados. Observé, también, el lugar de la maternidad clandestina y hasta los lugares donde dormían, tanto hombres como mujeres.
Cabe destacar, que hubo lugares en los que prohibían la entrada de visitantes, ya que todavía están bajo estudios. Hoy día, se celebran juicios en contra del genocidio para hacer justicia a la memoria de los desaparecidos.
Al finalizar esta experiencia tuve la oportunidad de reflexionar sobre la muerte injusta de esas personas, a las que se les coartó el derecho que tiene todo ser humano: LA LIBERTAD.

Durante 33 años, las madres y las abuelas de la Plaza De Mayo se reúnen todos los jueves a reclamar justicia e información sobres sus hijos/as, nietos/as y hermanos/as detenidos-desaparecidos. Este vídeo resume un poco el encuentro que tuvimos estudiantes de la Universidad de Puerto Rico con la usual marcha de las Madres De La Plaza De Mayo.

Cámara y Edición: Juan Álvarez Lara
Música: Ismael Serrano - A Las Madres De Mayo